De
pequeña, Cassandra fascinaba al público de sus conciertos noche tras
noche… Pero, cuando murieron sus padres, Cass se encerró en su propio
mundo, llegando a ser incluso demasiado tímida como para salir de casa.
Una vez al año, compartía su amor por la música ofreciendo clases de
piano en una subasta benéfica… Ese año consiguió la puja más alta. ¡Nada
menos que cien mil dólares!
El
comprador fue Neo Stamos, un arrogante empresario griego. Deseaba a
Cass con ardiente pasión, aunque sabía que la dulce y tímida joven
necesitaría su tiempo…
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